Dana de Valencia: «Hay mucha gente interesada en que haya caos» – Iker Jiménez – Conspiraciones

«Hay mucha gente interesada en que haya caos». Estas palabras del rey Felipe VI, dirigidas a un vecino de Paiporta durante su visita a los afectados por la Dana de Valencia, nos obligan a reflexionar sobre los oscuros intereses detrás de la tragedia. En este artículo, recopilaremos las versiones y teorías sobre el caos que asoló la región, invitando a cada uno a sacar sus propias conclusiones.

Es devastador lo que está ocurriendo. Como valenciano, siento la necesidad de compartir mi experiencia. En este relato, hablaré de figuras famosas y damnificados que, en busca de popularidad, viajaron a la zona cero, prometiendo ayuda y apoyo, pero con intenciones que van más allá de lo que parecen ser. A lo largo de este artículo, exploraremos la «dimensión oscura«, como la definió Iker Jiménez en Horizonte, y analizaremos las manipulaciones y desinformaciones que hemos enfrentado. Recuerden verificar toda la información antes de tomar conclusiones.

Preparativos Anteriores a la Catástrofe

Antes de abordar los eventos del día de la tragedia de la Dana de Valencia, es importante mencionar algunos antecedentes clave. A principios de año, el Foro Económico Mundial declaró la desinformación como el enemigo número uno de la humanidad, incluso por encima de la guerra. Esto fue acompañado por un plan contra las fake news. Dos semanas antes de la Dana, se firmó un seguro para cubrir posibles negligencias relacionadas con la Confederación Hidrográfica del Júcar, responsable de la presa de Forata, implicada en el desastre. Además, surgió la noticia de que el radar de Valencia no estaba funcionando correctamente, una falla crítica para la seguridad ciudadana.

¿Qué Ocurrió el 29 de Octubre? El Día de la Dana de Valencia

El 29 de octubre, los servicios meteorológicos nacionales e internacionales ya preveían la magnitud de las lluvias, y se estableció alerta roja en varios puntos de España. De hecho, Seguridad Nacional tuvo una reunión con el gobierno para coordinar acciones. Sin embargo, en lugar de activar el estado de emergencia, la burocracia retrasó la respuesta. La falta de preparación y acción rápida contribuyó al caos que siguió.

Es importante aclarar que no se puede afirmar que la Dana fue provocada intencionadamente, pero existen teorías al respecto que debemos mencionar. La devastación fue provocada por lluvias torrenciales y la apertura de la presa de Forata, que, al desbordarse, causó un tsunami que inundó varios municipios. Este fenómeno, más que la lluvia, fue lo que causó el colapso total de la zona.

En una reunión de emergencia, un documento con consignas sobre la gestión de la crisis fue filtrado. Entre las frases inquietantes se leía: «Este es nuestro momento», «Dogmatismo climático» y «No ansiedad, tenemos un plan». Esta información dejó claro que, en ese momento de emergencia, la prioridad no era salvar vidas, sino implementar políticas que beneficien a ciertas agendas internacionales.

El Desastre: Inundaciones y Abandono

La catástrofe comenzó cuando los ríos desbordaron, generando una lengua de agua que arrasó municipios enteros. A esto se sumó el tsunami generado por la apertura de la presa de Forata, que se desbordó sin ninguna alerta previa. El caos fue absoluto. Mientras medio millón de personas sufría, se mostraban vídeos de personas pidiendo ayuda desesperadamente. En vez de recibir asistencia, la respuesta fue tardía y desorganizada.

A pesar de la situación crítica, la ayuda tardó en llegar. Los primeros en actuar fueron los voluntarios, y muchos de ellos fueron restringidos por las autoridades que no les permitieron entregar la ayuda a tiempo. La ayuda de la población fue incluso confiscada, lo que incrementó el caos. A pesar de las dificultades, figuras como Iker Jiménez se convirtieron en héroes, alertando a la sociedad y movilizando recursos para las víctimas.

Intereses detrás del Caos de la Dana de Valencia

A medida que la situación empeoraba, se generaron graves tensiones. Voluntarios de diversas ideologías se agruparon para ayudar, sin embargo, los esfuerzos fueron frenados por la intervención oficial. La respuesta de las autoridades fue contradictoria, y muchas veces, en vez de ayudar, se bloqueó el acceso a la asistencia. Se quemaron recursos que habían sido enviados con buena voluntad por ciudadanos, y los voluntarios que trataban de ayudar fueron apartados.

Lo que comenzó como un acto de solidaridad, se convirtió rápidamente en una lucha entre los que querían ayudar y los que, por razones desconocidas, intentaban bloquear esa ayuda. Este es solo uno de los muchos puntos oscuros que nos obliga a cuestionar qué intereses están realmente en juego en situaciones de crisis.

En un momento tan trágico, la desorganización, los intereses políticos y la falta de empatía hicieron que la respuesta fuera insuficiente. ¿Estamos siendo testigos de una manipulación masiva o simplemente de un sistema incapaz de gestionar emergencias de gran magnitud? En cualquier caso, las víctimas siguen siendo las personas que vivieron esta pesadilla.

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